Recordemos que la piel es el órgano más extenso del cuerpo y forma parte del sistema tegumentaria. Una de sus principales funciones es proteger al organismo de factores externos como bacterias, sustancias químicas y temperatura.
Entre otras de sus funciones está el producir una barrera contra los productos químicos nocivos, el calor y el frío, los microorganismos dañinos y las radiaciones solares; ayuda a mantener un equilibrio hídrico del organismo; se encarga de la adecuada detección de sensaciones táctiles, de presión, temperatura y dolor mediante sus receptores.
A continuación, te diremos algunos tips para un buen cuidado.
1.- Limpieza facial.
La limpieza diaria es un paso primordial en el cuidado de la piel. Lavar el rostro elimina el exceso de grasa, suciedad y células muertas, evitando la obstrucción de los poros. Es importante usar un limpiador suave y adecuado para tu tipo de piel. La limpieza en exceso o el uso de productos no aptos pueden eliminar los aceites naturales y dañar la barrera cutánea.
2.- Hidratación de la piel.
La hidratación es esencial para mantener la elasticidad y suavidad de la piel. Puedes aplicar una crema o gel hidratante adecuada a tu tipo de piel después de la limpieza. Las pieles secas pueden necesitar cremas más ricas, mientras que las pieles grasas pueden apoyarse de fórmulas ligeras y libres de aceite. La vitamina C es otra opción, ya que además de hidratar elimina manchas y tonifica el tono de piel.
3.- Protección solar.
La exposición al sol o cualquier tipo de luz puede causar envejecimiento prematuro y aumentar el riesgo de cáncer de piel. Aplica el protector solar luego de la hidratación, incluso en días nublados. Opta por un factor de protección solar (FPS) adecuado a tus necesidades y reaplica cada dos horas si estás demasiado expuesta al sol, lo más recomendable es buscar uno con un mínimo de 30 FPS.
4.- Dieta equilibrada.
Una alimentación saludable influye en la salud de la piel. Es conveniente incluir alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas y ácidos grasos esenciales. De igual forma, beber suficiente agua también es indispensable para mantener la hidratación interna, lo más adecuado son 2 litros diarios.
5.- Descanso adecuado.
El dormir bien tiene un papel importante en la regeneración celular. Descansar lo suficiente conlleva a una piel más fresca y saludable.
6.- Evitar toques constantes con la piel.
Intenta no tocarte la cara constantemente, puesto que las manos se encuentran en constante uso y se ensucian, provocando que pueden transferirse gérmenes y bacterias, generando problemas como el acné.
7.- Consulta con un dermatólogo.
Nada mejor que un dermatólogo para decirte cuales son los mejores productos para tu piel, además este puede realizar masajes faciales, mascarillas, limpieza a profundidad y más tratamientos para seguir cuidándola. En kioongo care tenemos las mejores opciones para ti.
El cuidado de la piel es un compromiso diario que va más allá de “lucir bien”; es una inversión en tu salud a largo plazo. Al seguir una rutina adecuada y tener hábitos saludables, puedes mantener tu piel radiante, hidratada, protegida y resistente a un envejecimiento a temprana edad.