En América Latina, la ayahuasca, una infusión botánica psicodélica, proveniente de tiempos ancestrales se ha incluido en diversas practicas espirituales.
¿Qué es la ayahuasca?
La ayahuasca consiste en extractos de plantas a base de agua que producen alucinaciones cuando se consumen. Quien lo reciba evocará fuertes recuerdos emotivos y biográficos. En algunos países de América Latina, esta infusión se usa para tratar adicciones como el alcoholismo. Aunque no hay estudios científicos que demuestren su utilidad en la terapia.
La ayahuasca potencia la transmisión de serotonina, de ahí su efecto antidepresivo. Al parecer, también reduce la actividad de las regiones frontales «evaluadoras» del cerebro.
Una experiencia sobrenatural con la ayahuasca
En una cabaña en medio de la selva peruana, Thomas* flota bajo el techo. Desde allí, vio su cuerpo tendido en la colchoneta, relajado con los ojos cerrados. El joven de 24 años ocasionalmente escucha a un chamán dirigiendo una ceremonia de ayahuasca mientras canta en español. Al momento siguiente vio una foto de su infancia. Se vio de vacaciones con su familia cuando tenía tres años. Este evento lo había olvidado, pero sucedió, como confirmaron sus padres más tarde. Thomas revive los horrores de su primer día en la escuela, pelea por primera vez en el patio de recreo y luego reflexiona sobre su experiencia como atleta profesional. Todas estas imágenes le parecían extremadamente claras y nítidas, más reales que los sueños. Unas horas más tarde, se convierte en espectador de la película de su vida.
Sorprendentemente, no le importa recordar esas emociones tan intensas y en parte negativas. «Me veía a mí mismo hacer todas esas cosas y sabía exactamente qué sentía en ese momento, pero al mismo tiempo actuaba como espectador», concluye que probar la ayahuasca fue una experiencia única.
Los orígenes
La ayahuasca es un alucinógeno vegetal. Su nombre significa «liana del alma». Los habitantes de la región amazónica la utilizan desde hace siglos para curar enfermedades físicas y psíquicas. En el siglo XIX aparecieron en Brasil las llamadas iglesias de la ayahuasca, a cuyo amparo se usa la sustancia como una suerte de sacramento durante las ceremonias. Una de esas religiones, Santo Daime, se abrió camino desde la jungla sudamericana en los años noventa y se extendió por todo el mundo.
De ese modo, en los últimos años, la ayahuasca ha llegado a llamar la atención de europeos y norteamericanos interesados por la espiritualidad. «La ayahuasca actúa de forma diferente a los “hongos mágicos”», destaca Benjamin de Loenen, fundador del Centro Internacional de Educación, Investigación y Servicios Etnobotánicos de Barcelona. Los hongos también se utilizaban antes en México como medicamento. Ahora se emplean a menudo como droga recreativa. «La ayahuasca ha viajado alrededor del mundo de la mano de su contexto original: se consume exclusivamente durante un ritual dirigido por un “sacerdote”, chamán o terapeuta».
Preparación de la ayahuasca
La «poción mágica» o ayuahusca es una infusión apestosa, de sabor desagradable, que se prepara con los tallos de la liana Banisteriopsis caapi y las hojas del arbusto Psychotria viridis o una planta de la misma familia. Los ingredientes se cuecen a fuego lento durante varias horas en una olla grande con agua; la proporción exacta de las plantas no está establecida. Tampoco se sabe con exactitud qué sustancias mezcla realmente el chamán.
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