Tras pasar por el laboratorio, la madera se perfila como uno de los materiales imprescindibles de la arquitectura del futuro inmediato.
Con la madera como estructura, ya se están construyendo edificios de varias plantas más sostenibles, menos contaminantes, más saludables en un futuro.
Aunque la madera utilizada en el siglo XXI no es madera maciza directa del árbol, sino pasada por el laboratorio, más fuerte, más resistente, mejor.
Se desarrolló en los años noventa, y consiste en capas de madera maciza, con las que se producen paneles prefabricados a gran escala, sólidos, resistentes, estables y predecibles, pero con la ligereza y las propiedades de aislamiento orgánico, acústico y térmico de la madera.
Esto es un reconocimiento de la necesidad de cambio a medida que la crisis climática aumenta.
Los estudios están demostrando que las estructuras de madera maciza, en contra de la opinión popular, no son más susceptibles al fuego, y que este material puede mejorar la salud y el bienestar.